Zidane se movía con la prestancia de un torero. Con una maestría y sofisticación técnica, él orquestaba el juego con pasión desbordante. Sus pases eran milimétricos, como pinceladas magistrales en un tapiz https://cormachmrm585240.elbloglibre.com/38676294/por-qué-zidane-le-dio-un-cabezazo-a-materazzi